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No sólo hay Corales en...
Publicado el 31.10.2017No sólo hay Corales en las tiendas de "El Coral"
Bienvenidos al post nº4 del blog de El Coral, en el que hablaremos de piedras preciosas y semipreciosas.
Nuestro nombre comercial es 'El Coral', sin embargo, en nuestras tiendas no sólo tenemos corales. Trabajamos y vendemos todo
tipo de piedras también. Nuestra especialidad son las piedras semipreciosas. En esta publicación de nuestro blog
queremos explicar un poco las diferencias entre las piedras preciosas y las semipreciosas y comenzar a presentar algunas de ellas.
La distinción entre piedras preciosas y piedras semipreciosas es relativamente reciente, ya que se hizo en el siglo XIX.
Las piedras preciosas más conocidas son, sin duda, el Diamante, Rubí, Zafiro y Esmeralda.




Por otro lado, la lista de piedras semipreciosas sería muy larga, así que mencionaremos sólo algunas:
Aguamarina, Amazonita, Venturina, Citrino, Cornalina, Jaspe, Fluorita, Jade, Lapislázuli, Ojo de tigre, Olivino,
Ópalo, Piedra de luna, Sodalita, Turquesa, etcétera...





La Amatista, clasificada al inicio como una piedra preciosa, cambia de categoría cuando,
casi a la vez que la creación de esta división, se encuentra en Brasil y Uruguay un depósito inmenso de este mineral.

La preciosidad de las piedras está determinada por su pureza, intensidad de color y la dificultad de
encontrarlas. Cuanta más difícil es de encontrar una piedra en el mundo, mayor es su preciosidad. Por el contrario,
cuanto más está presente la piedra en la naturaleza, menor es su valor, convirtiéndose así en semipreciosa,
como es el caso de la amatista.
Sin embargo, la distinción entre piedras preciosas y semipreciosas no se refleja exactamente de la misma manera
en la determinación del valor comercial de las mismas. De hecho, una piedra preciosa con el menor grado de pureza de
color o con defecto evidente puede llegar a costar mucho menos, equiparándola a una semipreciosa que se le aparente en
color. Del mismo modo, el trabajo, entendido como el corte de la piedra, puede aportarle un gran valor comercial a ésta,
aunque sea clasificada de semipreciosa. El peso y el tamaño cuentan también para determinar el precio de cada pieza,
así como el dominio del orfebre que las incrusta en una joya puede volverla más o menos valiosa, no dependiendo
únicamente del tipo de piedra utilizada.
En todo este discurso sobre la distinción entre las piedras preciosas y semipreciosas según su capacidad de
encontrarse en el mundo, los diamantes merecen una discusión aparte; tema del cual hablaremos en futuras publicaciones.
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Os esperamos en el próximo post y… ¡no olvides echar un vistazo a nuestras joyas!
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